lunes, 26 de agosto de 2019

Historia 14

Abriré los ojos
En algún momento del nuevo día mediré el sueño y las endorfinas
Pensaré en ti...es la rutina
Y algo me dirá que hacer
Algo que estará en la cabeza, dónde llevo el amor


5 de agosto de 2019

sábado, 13 de agosto de 2011

Historia 13

Abrió la libreta que siempre le acompañaba y como si el tiempo se acabara escribió, “Canciones para ti”, a manera de título, y prosiguió.
“Sentado en este lugar público acabo de descubrir algo maravilloso: los IPOD son capaces de leer los entornos, conectarse con el clima, así como con los sentimientos y el estado físico general de sus dueños.
Si no fuera así no tendría forma de explicar cómo esta mañana fría y lluviosa, donde mi pensamiento y mis dedos aun se encuentran en Híbridos, cuando mis labios y mi mente saben a guayabo, el aparato ha decidido colocar en mis oídos - aleatoriamente -puras canciones para recordarte.
Maria Rita Mariano, Fito Páez, Sting, Gino Vanelli, Guns & Roses, Diana Krall ya han cantado para ti”.

domingo, 24 de octubre de 2010

Historia 12

“Me he negado a menospreciar la palabra rutina. El motivo debería ser obvio. Hay eventos que se repiten regularmente y no por ello dejan de ser interesantes o se convierten en privativos. No por decir rutina, debo entender fastidio o aburrimiento.
Si una rutina se rompe, es porque se quiebra algo que a menudo no se percibe como importante sino sólo cuando ella no está”.
Todo ello pensó, aquel sábado que se halló solitario, sin agenda, sin su compañía luego de tantos sábados rutinarios de ver los ojos y escuchar la voz de esa mujer, algunas veces cercana, algunas veces distante, pero siempre presente en las noches del sexto día de la semana.
“Qué sucederá ahora que se ha roto esta rutina. Estoy condenado a otra rutina, o podré volver a la que tenía su presencia. ¿Por qué digo condenado? ¿Acaso me siento prisionero? No hay duda: una rutina que no sea como tú podría será un encierro”.

Historia 11

Esta mañana al levantarme, pude recordar el sueño con el que conseguí la forma de decirte lo que siento. Quizás debería decir, lo que ambos debemos sentir.
Ambos estábamos parados en el punto A de esta vida. Con iguales anhelos, iguales deseos, iguales tiempos, iguales necesidades. Mucho tiempo estuvimos allí.
Y sabes que esto fue así hasta cuando decidiste mudar tu cuerpo, tu pensamiento, tus necesidades y tus deseos hasta el punto B. Y no me llevaste, no me necesitaste. No te era útil.
Y así, creaste la distancia entre el punto A y el punto B. Y quisiste culparme, trataste de escaparte de todo poniendo en mí todo el error, todo la carga de culpa.
Un día permití que volvieras al punto A. Parecía que era posible. Al menos eso decía mi engaño.
Y lo hiciste de nuevo. Caminaste hacia el rumbo que me habías jurado olvidar. Ignoro en lo que estabas pensando. Se trataba sólo de jugar “duro”. Era acaso un reto de nuevas emociones.
Y regresaste, pero no te has dado cuenta que llegaste al punto donde ya no estoy. Me encuentro en otro lugar del mapa. No sé si te das cuenta pero ya no estoy en A. No puedo estarlo. Incluso no puedo estar en un punto fijo.
Cada día mis sentimientos se encuentran en una coordenada diferente; todas lejanas al punto inicial. Y creo, que aun pudiendo lograr fijarme en un “x” y un “y” determinado, nunca podría volver a A.
Ayer leía sobre resiliencia: “the capacity to deal with change and continue to develop” … “sometimes change is gradual and things move forward in roughly continuous and predictable ways. At other times, change is sudden, disorganizing and turbulent…”.

domingo, 1 de agosto de 2010

Historia 10

Rodeados del viento frío de alguna parte del mundo, su conversación incomprensible - para quienes les rodeaban - transcurría tranquila, profunda e inexpresiva.
El: suscribo "Preocuparte, enojarte, pelearte y quedar resentido jamás te ayudaría a progresar. Haz que tu corazón esté en paz, así como tus pensamientos y tus acciones, y estarás agregando verdadero valor a tu vida." Y así será
Ella: esa parte me encantó. Porque no voy a pelear contra mi naturaleza.
El: la duda que me queda es sobre cuánto es demasiado. Porque hay cosas, momentos, recuerdos que parecieran muchos, pero quizás para tu estado son pocos. Uno no tiene un tanque de gasolina para ciertos sentimientos que se llena con 40 litros. Si estás mucho tiempo debajo del agua, necesitas urgentemente salir a la superficie y tomar una bocanada profunda de aire, y otra y otra más. Si, por el contrario estás arriba, ni siquiera sientes que respiras. Si estás nadando en una tormenta, tomas aire y te hundes, tomas aire y te hundes. El reto es poder seguir respirando
Ella: demasiado es demasiado. Es cuando no toleras algo, o cuando aprendes a tomar aire y hundirte debajo del agua lo suficiente para no ahogarte, y además disfrutas la bocanada de aire
El: es lo que trato de hacer, en eso ando...

lunes, 5 de julio de 2010

Historia 9

“Será complicado”, le dice la juez Irene Menéndez a Benjamín Espósito, en la escena final del Secreto de tus ojos. Lo dice luego de que ambos decidieron encerrar sus sentimientos por 25 años, sólo para liberarlos tras la puerta de una oficina de tribunales.
Y lo que hoy pienso es que dos o tres palabras, o una frase breve, es lo que se necesita para desencadenar una historia, ya sea para destruirla o para empezar su construcción. Dos o tres palabras, como guía de nuestro destino.
El resto del parlamento es relleno. Masa para agrandar el cuerpo, líquido para abombar sus entrañas. Con dos o tres palabras, o una frase breve, se puede prescindir del cuerpo del discurso absurdo.
Las hemos dicho o las hemos oído; o ambas cosas. Buscamos, sin quererlo,ser protagonistas de ellas.
Seguro que la mayoría está llenas de polvo en alguna mazmorra disfrazada de neurona, pero una que otra seguramente aparece, como payaso, como fantasma o como brisa de montaña.
“Ahora puedo”. “Lo sé todo”. “No quiero”. “Deja que sea el tiempo quien decida”.
Dos o tres palabras, o una frase breve, son el spot publicitario para el resto de la vida.

martes, 15 de junio de 2010

Historia 8

Hay muchos tipos de respuestas.
Con unas se evade, con otras se miente.
Otras son sinceras pero, no por ello, mejores para vivir.
Pero aquel día descubrió que algunas respuestas sirven para ser feliz.
Gentilmente ella le cuestionada para saber qué quería hacer, qué deseaba ver, qué necesitaba para sentirse a gusto.
Casi instantaneamente, él le dijo:
"debes saber que sólo quiero estar donde estén tus ojos".